"Ya quasi no se pensaba en lo que acababa de pasar cuando a las 11:30, mientras la misa mayor, se vio al mar bajar de repente del término más alto, en el que se hallaba, al más bajo, en que se detiene en las aguas muertas, y subir luego sobre las aguas vivas de lo equinoccios;
Los barcos, que están ancorados en el puerto, se vieron en grandes riesgos, dando unos con otros, no habiendo sido suficientes las áncoras y amarras para resistir a la violencia de un movimiento tan rápido, pero no experimentaron daño alguno.
Mientras los movimientos mayores de la mar, saliendo el pueblo de la Iglesia, se espantó terriblemente; y volviendo al pensamiento de que era llegado el fin del mundo, empezó a llorar y lamentarse, a que el cura los exhortaba, que tenía tanto y aún mayor miedo que ellos. Persuadidos a que su hora era llegada y que iban a morir, cogía cada uno un santo del altar, e iba corriendo con él en los brazos y llegaba otro y se lo quitaba por fuerza”
- Carlos Lemaur – Ingeniero francés que se ocupaba de la construcción del puerto de Corcubión.
Este lunes, día 1 de noviembre, se cumplirán 255 años del Tsunami que asoló las costas de la península ibérica en el año 1755. Aquel día, cuando miles de personas se concentraban en el interior de las iglesias para asistir a las misas del día de Todos Los Santos, un terremoto de 8,7 grados en la escala de Richter sacudió la tierra. El seísmo tuvo su epicentro en la falla Azores-Gibraltar, a unos 800 km al suroeste del Cabo San Vicente. El temblor inicial, poco antes de las 10 de la mañana, duró 120 segundos, una duración anormalmente grande. Dos horas después fue seguido por otras dos réplicas. Los mayores daños se produjeron en Lisboa, en donde los destrozos del temblor se vieron agravados por el incendio que destruyó buena parte de la ciudad, causando la muerte de 50.000 personas. Posteriormente la gente que huía de las llamas por las riberas del Tajo, se vio sorprendida por enormes olas que se propagaban río arriba causadas por el tsunami.
El efecto de las ondas se propagó hasta Irlanda y el Sur de Inglaterra, donde algunos autores dicen que el nivel del mar subió 3 metros en sólo 10 minutos. En España, en donde se cree que el tsunami causo más de 1200 muertes, la zona más afectada fue el Golfo de Cádiz.
El gran número de víctimas y la extensión de los efectos y daños, tuvo un tremendo impacto social en la época, hasta el punto que intelectuales como Goethe, Voltaire y Kant describieron en sus escritos el desastre y elaboraron hipótesis sobre el origen de los terremotos. Desde ese punto de vista, algunos consideran a este terremoto como el punto de inicio del desarrollo de la sismología moderna.
Texto extraído del artículo publicado en el número 154 de la revista Puertos, escrito por Begoña Pérez Gómez.
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