Hoy comienza la 26 edición del Pantín Classic. En las
25 ediciones que se llevan celebradas hasta hoy, se habrán cogido, entre todas
las mangas, posiblemente más de 30.000 olas. Y entre todas éstas, como no podía
ser de otra manera, hubo una primera, la que en cierto modo marcó el inicio a
todo. Hace unos meses, cuando hablaba con Fernando Adarraga, éste la recordaba así
aquella primera ola:
"Fuimos tres los que entramos en la primera
manga del Pantín Classic de 1988. Yo tenía ese día una boda, así que le
pedí a los organizadores que me dejasen entrar en la primera de las mangas para
así tener más tiempo para regresar a Coruña, cambiarme, y llegar a la
celebración.
Los tres "elegidos" fuimos Juan
Cortabitarte, una segunda persona cuyo nombre no recuerdo y yo. Había unas
olas muy grandes, realmente grandes, pero nos habíamos inscrito y había que ir
igualmente al agua.
Remontamos aprovechando la corriente que se forma a
la derecha de la playa. Pero las series eran ese día tan grandes, que una nos
cogió remando aún dentro del canal. La primera rompió justo delante de
nosotros. Antes de picar le eché uno ojo a las rocas, ya que realmente me preocupaba
que las olas me arrastrasen contra el acantilado. Y la verdad es que estábamos
relativamente cerca de las piedras. El revolcón fue de los buenos, con varias
vueltas bajo el agua, así que cuando salí, y antes de preocuparme por lo grande
que sería la siguiente ola, intenté situarme para saber dónde me encontraba
dentro del canal. Pero al echar la vista hacia las rocas, había perdido mis
referencias. Gracias a la corriente, durante el revolcón, en lugar de habernos
arrastrado hacia los acantilados, nos había sacado aún más hacia afuera.
Ya en el pico Juan y yo no las teníamos todas con
nosotros. A pesar de nuestra soledad se podía sentir la tensión. Entonces se
comenzó a adivinar una serie de las buenas en el horizonte. Antes de entrar me
había fijado que las mejores olas salían de derechas, y esa fue mi intención
cuando empecé a remar la primera de la serie. Pero cuando la ola se levantó
debajo de mí, y al echar la vista hacia la derecha, vi que en ese lado la ola
se erguía imponente dispuesta a romper. Sorprendentemente me ofrecía una salida
de izquierdas. Así que no me lo pensé y me lancé pendiente abajo. Fue una
bajada realmente larga, y la inercia que cogió la tabla fue tal, que me costó
dar el bottom en la base. Ante mi tenía una perfecta pared de izquierdas, que
tras varios giros, me dejó de nuevo en la corriente.
Aquella izquierda fue la primera ola, de la primera
manga, del primer Pantín Classic."
Fotografías de Merche Armental.
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